...dos seres postrados sobre la inmensa oscuridad,
ante la majestuosa y hermosa luna,
bebiéndose los pensamientos el uno al otro,
contemplando sus pupilas como luceros de la noche,
vociferando unas cuantas palabras de afecto y amor,
irrumpiendo en un apasionado beso fugaz,
entregándose así mutuamente en cuerpo y alma,
para después despertar de ese sueño pasajero,
cuando jugaban a ser amantes...