…déjame sentir la textura de tus labios,
querida y bella doncella mía,
permíteme cubrirte con el manto de mi pensamiento,
cristal de mis ilusiones fugaces,
celeste de mi divino amanecer;
acaríciame la piel de mi conciencia,
bailemos al compás del momento,
hermosa flor de la noche cautiva,
utopía atrapada en el sueño de mi memoria;
olfateando en las profundidades de tu beldad,
duerme a mi lado esta noche,
viajemos al invisible infinito,
enraizando nuestra almas con fervor,
mirándonos a los ojos cautivos en el firmamento,
tatuándonos sobre el viento del cosmos…