lunes, 11 de mayo de 2009

...vuelo 444...

Después de un largo viaje, recorriendo miles de planetas, extrañas lunas y galaxias, por fin he llegado; algo tarde, algo temprano, digamos que justo a tiempo, o al menos eso quiero pensar.
Me quito mi sombrero, contemplando el mundo diferente del cual ahora formo parte, echo una mirada a mi reloj(cuatro de la tarde en punto), preguntándome dónde estarás, al mismo tiempo en que me dirijo a recoger mi maleta vieja en la puerta número cuarenta y cuatro, para después de esto, emprender un recorrido por el excepcional aeropuerto.
Camino y camino con pasos lentos hasta que me detengo a vislumbrar a través de las ventanas,el encuentro inminente de las personas que han recorrido grandes distancias para llegar a su destino.
Un llanto comienza a comerme con lentitud, recordando por unos segundos el perfume de tu piel, lo cálido de tu mirada y lo alegre de tu sonrisa, ¿cuánto tiempo ha transcurrido desde la última vez?; cierro mis ojos, brotando de ellos pequeñas gotas lagrimales, mientras que de mi pecho resuena la melodía de tu ausencia.
“¿Habré llegado a tiempo?”, me pregunto en mis adentros, al mismo instante en que un taxi se aparcaba enfrente del aeropuerto,y de él salía de forma apresurada, una hermosa mujer exquisita de piel blanca, aventándole el dinero casi en la cara al chofer.
Yo lo observaba todo desde la ventana principal, en el segundo piso, cuando de pronto la mirada de ella y la mía se cruzaron, mi corazón se detuvo por unos instantes, para luego acelerarse de una manera inusitada.
Dejé caer la maleta que traía conmigo, al igual que mi sombrero,lanzándome como rayo de luz hacia donde estaba ella,conducido por el dulce aroma que brotaba de su piel, su olor era inconfundible y mágico, sin duda alguna, era ella.
Seguía corriendo, como maratonista en olimpiadas,tropezándome y levantándome en cada vuelta, hasta que por fin me detuve para encontrarme con su singular sonrisa, mirándola casi transformado en estatua por unos segundos.
Corrí hasta sus brazos, perdiéndome entre sus cabellos y su piel, llorando de alegría por estar de nuevo a su lado; las palabras no me salían, mi corazón continuaba acelerado, cuando ella tocó mi rostro con sus delicadas manos para después quedar inmerso ante una gran luz que emergía alrededor de su cuerpo, disipando poco a poco de manera silenciosa la oscuridad que había acarreado durante el viaje, brotando de mi boca casi en un soplo: “Que alegría volver a sentirte”.
Sus ojos me miraron con nostalgia, mientras que sus manos apretaban mi semblante con vehemencia, para luego escuchar de sus divina voz: “Te he extrañado tanto”; yo en cambio, la cubría con mis fuertes brazos, diciéndole suavemente al oído: “Aquí estoy, ya nada nos separará”.
Y dirigiendo mis labios hacia los suyos, su corazón y su espíritu me daban la bienvenida a este nuevo mundo...

5 comentarios:

DeiBit OtoÑo dijo...

awwww... a ti kmo te gutsa hacerme llorar verdad T.T... no manches k padre la sinceramente... un sueño y una bienvenida k todos keremos tener.... n_n... k bonito!!!!

A dijo...

Alukandra, empiezo a pensar que tu quehacer literario andará hacia el relato corto. Me ha gustado mucho. Sigue con ello...
Un abrazo.

Jessica dijo...

Estoy de acuerdo contigo June... y deja que se anime a escribir algo sobre un pato gitano.
que lo cuente!! que lo cuente!!
(Aluk, no se me olvida que me debes un cuento de pirates eeeeh)
sigue escribiendo.
No pares nunca... hasta que mueras. (y quien sabe si despues de la muerte se pueda seguir escribiendo)

Ivvy dijo...

Yo solo puedo decir que se lo que se siente escribirle a la persona que quieres tener junto a ti...

Nenissama dijo...

pues.... lograste sacarme lagrimas en los ojos .... ke te puedo decir nina?...me llego