"...cántame una canción
con sabor a demencia
y olor a distorsión,
cántala suave y
en completo silencio,
haz que mi razón vibre
con extrema intensidad,
emocionalmente en sinfonía,
al ritmo de tu bella melodía,
que florece sobre tus entrañas
mezclándose con tus pensamientos
desembocando por tus cuerdas vocales;
házlo quieta y pacientemente,
no necesitas de un lujoso violín
ni tampoco de un extraordinario piano,
utiliza solo el instrumento
de tu singular y cálida voz,
dame un "sol" y un "si",
para formar un "fa"
y también un "do" y un "re"
entremezclados con un "la"
para terminar en un "mi",
házlo, te lo ruega mi tierno y vago corazón,
mi entrañable y venturosa alma,
mi distorsionado y demente pensamiento,
mi contradictorio e irónico existir,
mi inmutable y repetitiva conciencia,
mi complejo y armónico espíritu,
mi extraña y espontánea razón,
mi caótica y multifacética esencia,
mi vivo y mortal ser,
mi eterna locura existencial,
te lo pido porfavor..."
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